Saturday, October 27, 2007

Uno, dos, tres...

Otra vez me pongo a hablar de sueños, sólo dejar como comentario previo al relato que me encantan, aunque aveces me asusten, esos pequeños periodos entre el momento de despertarte y justo cuando estas terminando de soñar y mezclas un poco la realidad con el sueño. Yo aconsejaría a cualquiera tener una libreta cerca de la cama y apuntar si les da tiempo esos extraños sueños, aunque sólo sea por sorprenderse en un futuro de las cosas que pasan por nuestra cabeza sin que apenas nos demos cuenta.

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¡Despierta!

(foto de silhouette)



Uno, dos, tres, caigo en un profundo sueño, a mi alrededor todo es de color rosa. Tan exagerado es esto que no puedo evitar reírme, por lo que parece yo soy el único toque de color que hay en toda la escena.

Cinco enanos púrpura salen de una puerta de madera portando cada uno de ellos una pieza de fruta.

- Escoge una - Me insta uno de las diminutas personas.

Que sueño más raro, creía que nadie soñaba con enanos. Ni siquiera ellos mismos…

Abro los ojos, estoy en mi habitación y acostada a mi lado, más bien encima de la almohada, hay una pera.

- Pensé que te apetecería algo de fruta al despertarte- dice una voz a mis espaldas que reconozco como la de mi hermano.

Y me doy cuenta que no estoy despierto, mi hermano vive a mas de cien kilómetros de mi casa y se de buena tinta que hoy el está allí…

Abro los ojos, estoy en la habitación de mi casa del pueblo, en Segovia, lo que clasifica esto claramente como un sueño… ¿o no?

Oigo un ruido, alguien sube por las escaleras, abro la puerta del cuarto para ver quien es y me sorprendo porque todo está lleno de telarañas, hilos de pegajosa seda de araña plagadas de grotescos insectos de diferentes colores que agitan sus patas… Definitivamente, es un sueño…

Abro los ojos, mi gato me mira fijamente a la cama y me dice. - ¿ Has visto la hora que es? - Los gatos no hablan- le digo a modo de réplica, - Entonces debes estar soñando, ¿no?- mientras me habla se atusa los bigotes y sonríe.

Noto que me despierto, pero antes de abrir los ojos noto un fuerte viento en la cara. Abro lo ojos y me descubro cayendo a gran velocidad hacia el suelo, en mi espalda un cohete que parece roto y en i mano derecha un plátano. Espero que sea un sueño, sería vergonzoso morir con un plátano en la mano.

Abro los ojos y salto de la cama como un resorte, miro hacia todos los lados y todo parece normal. Mis gatos se han llevado un susto de muerte, enciendo un momento la luz y saludo al hombre de la gabardina y el paraguas… oh, vaya…

Abro los ojos, estoy sudando y dolorido, mi novia me ha despertado con un suave golpecito. -¿Te he despertado? – le pregunto desde el suelo. – Hacias ruidos raros, no puedes cenar queso, te sienta fatal.

-Creo que tienes razón – le digo mientras me llevo la mano a mis doloridos riñones que parece que son los que han absorbido la mayor parte del impacto. Una vez en pié me quedo helado. Yo no he cenado queso hoy…

Abro los ojos…

Saturday, October 20, 2007

tres días en blanco

La enfermedad ha llamado a mi puerta y yo como siempre estoy un poco lento de reflejos voy y le pregunto que qué es lo que quiere... total, tres días en la cama acordandome de lo bien que está uno cuando está sano, que sólo apreciamos lo bien que se está cuando no estamos enfermos precisamente cuando no podemos levantarnos de la cama.

Al menos, he tenido tiempo para escribir un poco para mi propio blog, la mayoría de las cosas las tengo aun en papel, pero sí he trasladado una de las ideas, fruto de mi prolongada estancia en los brazos de morfeo.

La idea "original" es que según los últimos estudios científicos que he podido leer, el tiempo medio necesario para un descanso completo no son las clásicas ocho horas, son los famosos "cinco minutitos más"

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Solo cinco minutitos más

Así que te despiertas por la mañana y un duendecillo malvado que habita en tu cabeza empieza a hablarte al oído. ­­­­­

- Aun es pronto, no tardas nada en llegar, da una vuelta y sigue durmiendo, estos minutos son los que más descansan.

Bueno, puede ser, la verdad, te dices a ti mismo, la verdad es que ayer me acosté tarde y lo que se dice descansar no he descansado mucho pero… pero voy a llegar tarde, me tengo que levantar ya.

- ¿Levantarte ya?, mira, estoy de acuerdo, no puedes llegar tarde pero llevas durmiendo toda la noche sobre tu lado derecho y ahora lo tienes dolorido. Date un minutito, gírate y así estarás completamente descansado.

Antes de darte cuenta te has acurrucado y estás arropadito hasta el cuello, al girarte la sensación de alivio que sientes en tu costado te termina de convencer de que para descansar del todo tienes que estar un minutito más.

Diez minutos más tarde se te vuelve a abrir un ojo y miras el reloj, un ligero velo de terror se cruza por tus ojos, vas a llegar tarde… mentalmente vas haciendo una lista de la gente que SI va a llegar a tiempo, peeero, bueno, ya no se le puede hacer nada así que te quitas las sabanas de encima, suspiras y te preparas para levantarte.

- No te preocupes, - Susurra de nuevo la voz de tu cabeza -, te has olvidado de que tu reloj va adelantado cinco minutos…

Suspiras aliviado, los cinco minutos de seguridad, puedes levantarte y llegarás a tiempo. Te estiras y bostezas y descubres que los cinco minutos adicionales no te han descansado mucho más, has vuelto a caer en una de las clásicas trampas de tu subsconciente.

- Es una lástima que te despertaras tantas veces de madrugada, hubieras dormido taaaan bien.

Es verdad, piensas, si esos borrachos no hubieran estado peleando justo debajo de tu ventana…

- Malditos borrachos, y no te olvides de los gatos que tampoco te han dejado dormir en paz.

Y tu repites ya casi obediente, los gatos no me han dejado dormir en paz y hoy no he descansado y ahora no puedo abrir los ojos.

- No es justo, hoy es sábado y podrías haber dormido un par de horitas más.

Sólo cincominutitosmasssss… Murmuras mientras tus manos ojos se cierran y, de una manera tan automática y fluida que parece que has entrenado tus manos para la tarea, en un solo movimiento desconectas la función despertador del móvil y te arropas otra vez hasta el cuello. Es invierno y el calorcito de las sabanas hace que te acurruques un poco más.

No te das cuenta, pero posado sobre tu hombro hay un pequeño ser con dos cuernecitos, uno a cada lado de la cabeza, que ríe con malicia y que no para de asegurarte que no pasa nada por seguir durmiendo.

Por otro lado, en la otra punta de la ciudad hay diez tipos vestidos todos a juego, con pantalones cortos y botas de fútbol que están empezando a escuchar a sus propios alter egos demoníacos a la espera de ponerte las manos encima.

Wednesday, October 17, 2007

Mi hermano es el jefe


Gracias al buen hacer de mi hermano, acabo de terminarme un libro que me ha dejado pasmado, un clásico que no se cómo he pasado por alto todo este tiempo, estoy hablando de “El elogio de la sombra” de Junichiro Tamizaki. Si no lo habéis leído, estáis tardando, es un ensayo muy breve y delicioso (con todas las letras D.E.L.I.C.I.O.S.O) que tiene una primera lectura de apenas una tarde relajada sentado en tu sofá favorito.

En relación a esto, he recordado que hace no demasiado (venga sí, fue hace unos años) Manuel, que es como se llama mi hermano, junto a uno de sus compinches en el mundo del arte Luís Vasallo, dieron una conferencia en su escuela de arte sobre los huecos, su significado, su importancia. La he buscado como un loco pero no la encuentro (pensaba que la tenía en mi ordenador, pero no es así) y tengo la intención de revisarla para, ahora con los ojos más abiertos, disfrutarla de nuevo. Si me hago con ella prometo hacerla pública.

Por si acaso alguien no ha tenido el gusto de ver las obras de mi hermano he preparado un mini web muy temporal y con el permiso de Silhouette, para mostrar una mínima parte de algunos de sus trabajos (por desgracia son pocos y antiguos). La intención por supuesto es aumentar esa colección para hacerla más actual y hacer una página que sea al menos decente ^_^

Y finalmente como referencia a uno de los pocos lectores que he tenido y al que tengo gran respeto y deferencia (y espero que tarde o temprano acabe por leer estas palabras), y recuperando una conversación que tuvimos no hace demasiado tiempo (ya sabéis, un año o dos) sobre algún pequeño momento de pavoneo personal en los vagones de metro usando los libros que leíamos a modo de plumas, diré que la edición de Siruela de este ensayo, aun siendo pequeña, es tan llamativa que los que la han leído se giran para comentarte lo que les gustó su lectura… sin necesidad alguna de desplegar gala ninguna.

Friday, October 05, 2007

Ayer hubo une enorme tormenta

Este pequeñísimo artículo es la silueta de una sombra que dejó ayer la tormenta en mi casa. Es paciente y ha prometido esperarme escondida en mi umbral durante una temporada, tan larga como yo lo necesite.

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Contemplo el hueco
la lluvia en mis dedos
es amarga sal

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