Sunday, November 11, 2007

Hablando con el escritor

Este relato sale de una conversación mantenida con uno de mis escasos lectores comentadores (de esos extraños especimenes que dejan nota de su presencia en mi blog). La conversación trataba sobre personajes que mantienen conversaciones con figuras tipo “el creador” u otros seres de ese calibre (tengo algún relato que va de ese palo y de vez en cuando me descubro escribiendo algo más sobre el mismo tema, es recurrente en mí)

Se me acusaba en esa conversación, bastante justamente supongo, de no darle “cercanía” a mis “creadores” y de no llegarle a la suela del zapato a los personajes de Cerebus, normal. De esa conversación surgieron dos semillas, una es este relato, que si bien es una flor discreta, al menos está ahí, intentando dar un poco de color al paisaje.La otra es el germen que en breve (en cuanto tenga pasta) me llevará a empezar a leerme la serie con la que he sido comparado (que siempre la he ojeado pero que nunca me he decidido a leer).

Pues eso, muchas gracias a Luxxor por encender un poco la chispa de mi inspiración xD

------------------------------------------------------------

Hablando con el escritor

ENTREVISTADOR: No puede usted imaginarse el enorme placer que resulta para mi tener el honor de poder conocerle y entrevistarle.

AUTOR: Por favor, no creo que sea para tanto.

E: No sea tan modesto, esta es probablemente la entrevista más importante que he hecho en mi vida.

A: ¿Ha hecho usted muchas entrevistas?

E: Usted dirá…

A: Claro, teniéndo eso en cuenta…

E: ¿Empezamos la entrevista?

A: Empezamos.

E: La primera pregunta la haré sencilla para ir cogiendo ritmo. ¿Cuántos años lleva en esto de la escritura?

A: Apenas dos años. Se puede decir que siempre he tenido un bolígrafo en la mano, pero escribir con un propósito claro sólo ha ocurrido durante estos dos últimos años.

E: Y ¿Por qué empezó a escribir con un propósito?

A: Básicamente por una necesidad de expresión personal y por tener muchas más barreras a la hora de expresarme pictórica o plásticamente.

E: ¿Fue entonces un asunto meramente eliminatorio?

A: No, he de reconocer que desde pequeño siempre había albergado la secreta ilusión de escribir un libro, emulando a uno de mis personajes favoritos, Roald Dahl, o de ser ingeniero en física nuclear, lo segundo me pareció un poco más difícil supongo, aunque ahora lo veo todo desde otra perspectiva…

E:¿Tal vez ha existido algún momento clave que haya servido de disparador para lanzar su fulgurante carrera?

A: Sí, no me cabe duda. Hace un tiempo leí una frase de uno de mis escritores favoritos, Terry Pratchett, una tontería bien sencilla pero que me abrió los ojos. La frase era algo así como “El mundo esta lleno de gente a la que le hubiera gustado haber escrito…” Es algo aplicable a cualquier profesión, pero en este caso me tocaba de lleno.

E: ¿Y tiene alguna anécdota divertida con alguno de sus lectores?

A: Oh sí, siempre recuerdo aquella vez que uno de mis lectores mantuvo una interesante conversación sobre el final de uno de mis cuentos proponiendo un final alternativo, el otro lector por desgracia se encontraba de viaje y no pudo participar de la discusión.

E: ¿Cómo?

A: Es broma, ha ha ha, en realidad me consta que tengo tres lectores.

E: Ha ha ha, bueno, y ya por mencionarlo y viendo que se me acaba el tiempo para la entrevista, me gustaría proponerle, si no le parecería correcto prolongar un rato mas esta conversación. Me estoy acostumbrando a esto de la existencia y no me desagrada en absoluto.

A: Va a ser que no, lo siento, las cosas tienen todas un fin y yo estoy tecleando ahora en un portátil en una postura un poco incómoda, es más pretendo ponerme a ver una película en este mismo instante.

E: Hombre tampoco le pido tanto, sólo unas líneas más.

A: Se me está durmiendo la pierna, pero si me permites tranquilizarte, te diré que no tienes porque preocuparte en absoluto, te lo puedes plantear de muchas maneras, en realidad tú no eres otra cosa que una parte de mi mismo, de manera que aunque deje de escribir sobre ti, seguirás ahí en mi mente haciendo todo tipo de preguntas sin yo poder evitarlo.

E: Visto así…

A: Es lo que te ofrezco. Aparte, si me permites una promesa adicional, te diré que me has caído bien y que el próximo personaje entrevistador que aparezca en mis relatos volverás a ser tú.

E: Está bien, entonces cierro esta entrevista sin olvidar saludar a todos aquellos que al leerme me dan vida y esperando que no tarde usted en volver a darme algún que otro papelito. Como ya le dije, ha sido un verdadero placer.

A: Lo mismo digo, un saludo y hasta pronto.