Monday, September 18, 2006

Otro relato Onírico

Como uno de mis lectores se ha quejado de las muy breves introducciones que hago antes de los relatos, procuraré ser más breve a partir de ahora. :) El otro lector aun no ha dicho nada a ese respecto :P

Por cierto la tercera parte de "Una vida a ciegas" se va a retrasar mucho.

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La vida es un sueño.



Diario Medico Lunes 12 de febrero, 09:00.
Doc. Carlos Holgado Martínez

La vida es un sueño, particularmente el de Don Matías Gómez Elihondo. Don Matías afirma ser el único creador de este universo y basa en su existencia personal la permanencia del mismo. Sus conclusiones son aplastantes, en el caso de no existir yo, no existirá el mundo. Según el paciente, actualmente está en un profundo sueño. En el momento en que durante el sueño quede dormido, el resto del universo desaparecerá junto a él, con consecuencias terribles para todos nosotros.

Bajo mi punto de vista, el paciente parece haber leído demasiados libros de filosofía. La realidad es que Don Matías padece uno de los casos de insomnio más graves que he contemplado jamás. A petición mía, lleva más de dos semanas en observación permanente. Ha quedado certificado que durante todo este tiempo no ha cerrado los ojos ni entrado en ningún tipo de rutina de sueño.

Cierro el diario por ahora y me dispongo a visitar a Don Matías, o como la mayoría de los internos le llaman, El Buho. El paciente se ha ganado este apodo por su auto impuesta incapacidad para cerrar los ojos. No se atreve incluso a pestañear por miedo a que perder de vista el mundo sea suficiente para hacerlo desaparecer. Sus métodos para no quedar dormido, la mayoría de ellos ruidosos y algunos incluso auto lesivos, han hecho que mantenerle haya sido un quebradero de cabeza durante los más de cinco años que lleva con nosotros.

El paciente no tiene familia reconocida. Nadie se ha querido hacer cargo de él durante este tiempo menos, por lo que parece, la cúpula directiva de esta institución. Hay órdenes estrictas, de no desalojarle, no darle ninguna medicación que el paciente no acepte e incluso aceptar las modificaciones que desee para su habitación.

Esto y otros pequeños detalles del día a día, han llevado al paciente a una situación de supremacía sobre el personal médico de esta institución que no estoy dispuesto a tolerar por más tiempo. Las humillaciones que he sufrido a sus manos son ya demasiadas. Puede que pierda mi empleo, pero esto se va a acabar.

Me paro por unos instantes delante de su puerta, respiro hondo y finalmente acciono el picaporte para entrar en la habitación.

- “Buenos días Don Matías. ¿Qué tal se encuentra esta mañana?” Procuro esbozar una sonrisa tan amable como me es posible.

Don Matías se gira hacia mí lentamente y espera un momento antes de responderme, como si iniciar la conversación le costara trabajo.

- “Cansado, me encuentro cansado. Hay días que pienso que tal vez dormir sería una opción.”

Su lenguaje es pausado, se detiene de vez en cuando como si pensara en la siguiente palabra que quiere decir. Sus palabras me han sorprendido, es cierto que se le ve agotado, pero hasta ahora su voluntad había sido férrea en lo que a dormir respecta.

- “Me parece bien su actitud. Querer, es el primer paso para poder.” Corro un poco las cortinas que están abiertas de par en par, y me siento delante de él.

En su habitación no hay camas, pero hay gran cantidad de muebles y otro tipo de instrumentos que impiden que Don Matías caiga dormido. Las sillas son incomodas y la mesa está a una altura inadecuada, se puede decir que no hay en la habitación un solo rincón donde fuera cómodo tumbarse para dormir.

-“No diga usted tonterías Don Carlos, ya sabe lo que pasaría si acudo a mi cita con Morfeo. El fin para usted y todo el mundo que conoce. Créame, si por mí fuera dormiría en este momento, pero he conocido en este sueño personas por las cuales merece la pena permanecer despierto. Es decir, dormido. Al menos quiero darles a ellos la oportunidad de vivir plenamente, como si fueran reales.”

-“Ya me ha contado esto Don Matías. Cualquiera diría que es usted el abuelo cebolleta con sus batallitas. Mire, he venido porque acabo de revisar su última analítica y desde la directiva me han pedido que le recomiende que añada un complejo vitamínico a su dieta. Precisamente venía con la intención de, si acepta, administrárselo por primera vez con el desayuno que a buen seguro le traerán en breve”.

Como si de las palabras de un profeta se tratara, María, una de las auxiliares del turno de mañana, entra empujando un carrito sobre el que está el desayuno de Don Matías. Una jarra de café negro como el carbón y una tostada. Nada de leche, nada de zumo, nada de azúcar. Los ojos de Don Matías miran su desayuno sin encontrar las vitaminas que le estoy ofreciendo.

-“Si me permite, voy a desayunar Don Carlos.” El anciano extiende la mano y yo deposito las píldoras en ella.

Las examina cuidadosamente. A estas alturas ya me creo que conozca todos los medicamentos que recetamos, pero este no. He dedicado la noche de ayer a vaciar con extremo cuidado unas grajeas de vitaminas para sustituir su contenido por el somnífero más potente que he podido conseguir. He calculado la dosis como para que se duerma inmediata y profundamente. Se que será un poco brusco cuando las tome, pero cuando se despierte, seguro que me lo agradecerá.

-“Si no le importa Don Matías, estaba redactando mi informe matutino cuando vine a verle y me gustaría terminarlo antes de volver a la habitación de control. ¿Sería posible acompañarle en el desayuno mientras termino de redactar esto?”

-“No hay problema. Un poco de compañía siempre es grata. Tenga usted a bien servirse una taza de café.”

Me sirvo el café y espero. No es mi intención probar el amargo bebedizo que me ofrece, se por experiencia que aparte de ir inmediatamente al baño, no podría pegar ojo en dos días.
Don Matías se toma las pastillas con un sorbo prolongado de café y se sirve rápidamente otra taza. Continuo el diario con datos triviales mientras de reojo observo a mi insomne paciente. No quiero perder detalle, pero tampoco quiero que le ocurra nada grave. Mentalmente voy redactando lo que podría ser mi informe de esta visita si en algún momento quisiera contar lo que he hecho.

Don Matías acaba de tomar hoy junto a su desayuno a las 09:35, sin él saberlo, un potente somnífero que le inducirá un profundo sueño en breves instantes. Sus ojos empiezan a parpadear con lentitud. Me mira con incredulidad como sospechando lo que acaba de ocurrir. La taza de café se le cae de la mano mientras hace lo posible por permanecer erguido. Su cabeza empieza a descender poco a poco hacia la mesa. Finalmente ha caído pero puedo escuchar una respiración desacompasada, aun pelea contra el sueño. Voy a dejar el cuaderno para controlarle el pulso y asegurarme de que está dor...

5 comments:

Anonymous said...

¡muy bueno! Recuerdo un cuento de alguien (tal vez de mi amigo Daniel Tubau) en el que había un club de solipsistas. Todos estaban convencidos, como Matías, de ser los artífices del Universo. Claro que solo podía haber uno, por eso las muertes de los integrantes del club se celebraban con alegría... (bueno, no sé si me he inventado la mitad, pero a´lgo así sí era).

La realidad que existe en tanto que es pensada (u observada) es un tema muy interesante... algunos incluso se apoyaron en esta paranoia para defender la existencia de Dios).

Bueno, una vez más, enhorabuena por el relato.

Por cierto, a mí si me gustan las introducciones. De hecho, creo que deberían ser más extensas. No sé qué disfruto más, si los relatos de mi amigo Daniel Tubau (www.danieltubau.com) o las notas a las notas a las notas de cada uno de ellos. Explicar el relato, o el porqué de ese relato, puede ser tan interesante como el relato mismo...

zafyro said...

Que enlace mas estupendo. La verdad es que ya había accedido a esa web desde tu página.

Como siempre encantado de que te guste el relato.

La verdad es que al terminar de escribirlo me di cuenta de lo manido que está el tema. Pensaba agregar una frase al final del relato en relacción con el anterior que daría una explicación adicional al mismo:

-("El paciente se está despertando, avisen a la familia")
-("Ahora mismo doctor Holgado")

Dando a entender que el mundo onirico de Matias era una representación del real, con la pequeña diferencia de la feliz existencia de alguno de sus seres queridos. De ahí la reticencia a despertar.

En mi relato, el doctor Holgado es la parte de Matías que quiere volver al mundo real, o por otro lado puede ser una intrusión de la medicina practicada por el mismo doctor para lograr que vuelva al mundo real. Lo único que no domina la voluntad de Matias en su sueño.

Osea que al final existe un mundo real donde Matías vive.

Pero no sabemos quien lo está soñando ;)

Anonymous said...

1) Sí, el relato también quedaría muy bien (¿mejor?) con el final alternativo que planteas, la explicación adicional.

2) Así, en general, no creo que existan temas manidos. Antes de que "no exista nada nuevo bajo el sol" prefiero creer que cada vez que se encara un asunto se está creando algo nuevo (ya sea por el punto de vista, el escenario, los personajes...).

3) Como se quería demostrar, las notas a los textos pueden llegar a ser más interesantes que los textos ; )

Luxxor said...

¡¡¡Jurrlll!!! Muy rebuscada la explicación. Definitivamente yo me había quedado en la intrepetación más superficial ;)

joako said...

La explicación final no es una explicación en si, simplemente cierra un bucle.

De todas maneras, llevo un tiempo planteandome escribir un relato que no tenga un sentido o explicación racional. Me encantía que mis relatos pudieran ser explicados por dos personas diferentes de dos maneras diferentes que, esto sería lo mejor, no tendrían porqué coincidir con la explicación original que yo le di al cuento.

Pero soy incapaz. ^_^