Saturday, October 20, 2007

tres días en blanco

La enfermedad ha llamado a mi puerta y yo como siempre estoy un poco lento de reflejos voy y le pregunto que qué es lo que quiere... total, tres días en la cama acordandome de lo bien que está uno cuando está sano, que sólo apreciamos lo bien que se está cuando no estamos enfermos precisamente cuando no podemos levantarnos de la cama.

Al menos, he tenido tiempo para escribir un poco para mi propio blog, la mayoría de las cosas las tengo aun en papel, pero sí he trasladado una de las ideas, fruto de mi prolongada estancia en los brazos de morfeo.

La idea "original" es que según los últimos estudios científicos que he podido leer, el tiempo medio necesario para un descanso completo no son las clásicas ocho horas, son los famosos "cinco minutitos más"

------------------------------
Solo cinco minutitos más

Así que te despiertas por la mañana y un duendecillo malvado que habita en tu cabeza empieza a hablarte al oído. ­­­­­

- Aun es pronto, no tardas nada en llegar, da una vuelta y sigue durmiendo, estos minutos son los que más descansan.

Bueno, puede ser, la verdad, te dices a ti mismo, la verdad es que ayer me acosté tarde y lo que se dice descansar no he descansado mucho pero… pero voy a llegar tarde, me tengo que levantar ya.

- ¿Levantarte ya?, mira, estoy de acuerdo, no puedes llegar tarde pero llevas durmiendo toda la noche sobre tu lado derecho y ahora lo tienes dolorido. Date un minutito, gírate y así estarás completamente descansado.

Antes de darte cuenta te has acurrucado y estás arropadito hasta el cuello, al girarte la sensación de alivio que sientes en tu costado te termina de convencer de que para descansar del todo tienes que estar un minutito más.

Diez minutos más tarde se te vuelve a abrir un ojo y miras el reloj, un ligero velo de terror se cruza por tus ojos, vas a llegar tarde… mentalmente vas haciendo una lista de la gente que SI va a llegar a tiempo, peeero, bueno, ya no se le puede hacer nada así que te quitas las sabanas de encima, suspiras y te preparas para levantarte.

- No te preocupes, - Susurra de nuevo la voz de tu cabeza -, te has olvidado de que tu reloj va adelantado cinco minutos…

Suspiras aliviado, los cinco minutos de seguridad, puedes levantarte y llegarás a tiempo. Te estiras y bostezas y descubres que los cinco minutos adicionales no te han descansado mucho más, has vuelto a caer en una de las clásicas trampas de tu subsconciente.

- Es una lástima que te despertaras tantas veces de madrugada, hubieras dormido taaaan bien.

Es verdad, piensas, si esos borrachos no hubieran estado peleando justo debajo de tu ventana…

- Malditos borrachos, y no te olvides de los gatos que tampoco te han dejado dormir en paz.

Y tu repites ya casi obediente, los gatos no me han dejado dormir en paz y hoy no he descansado y ahora no puedo abrir los ojos.

- No es justo, hoy es sábado y podrías haber dormido un par de horitas más.

Sólo cincominutitosmasssss… Murmuras mientras tus manos ojos se cierran y, de una manera tan automática y fluida que parece que has entrenado tus manos para la tarea, en un solo movimiento desconectas la función despertador del móvil y te arropas otra vez hasta el cuello. Es invierno y el calorcito de las sabanas hace que te acurruques un poco más.

No te das cuenta, pero posado sobre tu hombro hay un pequeño ser con dos cuernecitos, uno a cada lado de la cabeza, que ríe con malicia y que no para de asegurarte que no pasa nada por seguir durmiendo.

Por otro lado, en la otra punta de la ciudad hay diez tipos vestidos todos a juego, con pantalones cortos y botas de fútbol que están empezando a escuchar a sus propios alter egos demoníacos a la espera de ponerte las manos encima.

No comments: